Las Relaciones Tóxicas en la pareja
Actualmente, el término “pareja” está extendido y se entiende como una relación sentimental entre dos personas, independientemente del sexo. No obstante, sabemos que en ocasiones pueden aparecer problemas de diversa índole en la convivencia.
Dichos problemas no siempre están causados por un choque entre las personalidades de los miembros que forma la pareja sino que cabe destacar que a menudo los problemas son originados por la manera en que se conforma la relación en sí.
Esto se debe a que en ocasiones las personas tienden a adquirir ciertos roles y/o hábitos que pueden causar a largo plazo una convivencia complicada. Cuando esto ocurre, hablamos de relaciones tóxicas.
Las relaciones tóxicas son aquellas en las que nos hacen infelices o nos dañan y que están conformadas de forma que es difícil salir de ella. Se trata de relaciones cuya toxicidad puede resultar indetectable a priori o confundida por signos de amor.
Parafraseando a Albert Ellis “El sentimiento del amor es intermitente porque necesitamos sentir y concentrarnos en otras actividades y funciones. El amor obsesivo y permanente nos impediría funcionar de manera eficaz”.
El significado de esta frase vendría a decirnos que el amor necesita sus tiempos y que una relación jamás puede estar caracterizada por un comportamiento que coharte la libertad del otro.
¡Signos de alerta!:
Existen muchos tipos de relaciones toxicas y mas adelante distinguiremos algunas de las formas más habituales, de momento nos centraremos en algunas actitudes que nos pueden resultar útiles para detectarlas:
- Sientes que con el paso de la relación has ido perdiendo capacidad de elección.
- Temes que tu pareja se enfade ante cualquier acto u opinión propia.
- Has ido perdiendo a tu entorno social (familiar o amistades).
- Te sientes culpable constantemente en relación a tu pareja.
- Practicas relaciones sexuales sin que te apetezca, solo por no ocasionar discusiones.
- Accedes a mantener prácticas sexuales que no te hacen sentir bien.
- Con el tiempo has adquirido un rol paternalista con respecto a tu pareja.
- Te sientes juzgado/a por tu pareja.
- Te sientes poco valorado/a por tu pareja.
- Sientes que tu pareja te exige demasiado.
- Siempre te están comparando con relaciones sentimentales anteriores.
Hay que tener en cuenta que toda persona que está en una relación de pareja puede en un momento determinado ser verdugo o víctima de un acto tóxico, lo determinante está en la frecuencia. Está claro que agresiones físicas o psíquicas están fuera de esta norma, ya que un acto violento se considera maltrato y no se puede tomar bajo ningún concepto con indulgencia.
Tipos de relaciones tóxicas:
Como hemos dicho con anterioridad, existen diferentes tipos de relaciones tóxicas. Cada relación tóxica dispone de sus propios mecanismos. A continuación mostramos las formas más habituales:
- Dependencia o co-dependencia: uno o los dos integrantes de la pareja necesita al otro para lograr una sensación de bienestar.
- Control: uno de los integrantes basa su relación de pareja en el poder y dominio sobre el otro.
- Delegación: uno de los integrantes cede el peso de todas las decisiones en el otro, dejándose guiar por la pareja y no responsabilizándose de ningún aspecto de la relación.
- Mentira: uno o los dos integrantes basan su relación en engaños, ya sea para dar una imagen más atractiva o para no entrar en discusión.
- Idealización: uno o los dos integrantes es incapaz de aceptar que la pareja o la relación posea algún tipo de defecto.
- Caridad: uno de los integrantes mantiene la relación únicamente por no hacer daño al otro.
- Desatención: uno o los dos integrantes brinda más atención a cualquier otro aspecto que a la relación de pareja como tal.
- Rencor: uno de los integrantes decide mantener la relación sentimental delante de un desengaño (por ejemplo, una infidelidad) pero no por ello se lo perdona y utiliza dicha situación para reprocharlo con frecuencia.
Soluciones:
Ante una relación tóxica como las que hemos enumerado, existen dos alternativas. La primera de ellas consistiría en poner fin a la relación y con ello al malestar que comportaba la convivencia en la misma.
La segunda alternativa, empujada por la esperanza y deseo de cambio por parte de ambos miembros de la pareja, consistiría en hacer consciente las dificultades de la misma y cambiar esos roles y hábitos que han llevado a la situación de toxicidad emocional. Para llevar a cabo esta última alternativa la mejor opción es la terapia de pareja.
No olvidemos que una relación de pareja tiene que ser algo agradable, nunca puede ser entendida como una guerra, ni una situación estresante. Una pareja es aquella persona a la que has elegido para compartir e intentar hacer feliz, con la esperanza de que ella también lo hará y lo sentirá de la misma forma.
David Morillo Tomés
Psicólogo General Sanitario
https://davidmorillopsicologia.jimdo.com/
Colaborador en Caballé i Estellés Advocats